Su descalificación en el Mundial de Daegu en el 2011 y
las derrotas ante Yohan Blake en las pruebas de las selección
jamaiquinas este año hicieron que Usain Bolt saque fuego bajos sus pies y
se lleve la prueba con 9.63 segundos para hacer historia al conseguir
su segundo título olímpico consecutivo, hazaña que solo había logrado
por el estadounidense Carl Lewis en las Olimpiadas de Los Ángeles 19’84
y Seúl 19’88 (por descalificación de Ben Johnson).
Además, el hombre de 1.95 metros de estatura logró un
nuevo récord en los Juegos al superar su propia marca en seis
centésimas (9.69), dejando la medalla de plata para Blake (9.75) y la de
bronce para el estadounidense Justin Gatlin (9.79). Con este triunfo
Bolt dejó claro que aunque le pongan a los hombres más rápidos a su
costado, él siempre será el que los mire de reojo cuando al cruzar la
meta.
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