lunes, 9 de septiembre de 2013

Un ‘Pistolero’ asesinó nuestra ilusión

Un ‘Pistolero’ asesinó nuestra ilusión

Pegó el salto. Luis Suárez celebra uno de sus dos goles junto a Edinson Cavani. El ‘Pistolero’ estuvo intratable para la zaga peruana que le dio demasiadas ventajas.
Pegó el salto. Luis Suárez celebra uno de sus dos goles junto a Edinson Cavani. El ‘Pistolero’ estuvo intratable para la zaga peruana que le dio demasiadas ventajas.
 
Se acabó el sueño. Con dos goles de Luis Suárez, Uruguay venció 2-1 a Perú en Lima y nos dejó sin chances de ir a Brasil 2014. Jefferson Farfán descontó para la bicolor de tiro libre.
Angelo Torres Zevallos
 
Perú sangra por la culpa de un ‘Pistolero’ con licencia para matar. Perú, ese paciente que parecía que se recuperaba hace un par de fechas, ayer volvió a la cama y no se pudo levantar más. Quedó sin pulso, con todo un estadio esperando que resucite. Pero los milagros son en octubre. Ahora lloramos.
Chau Mundial, una vez más te veremos por televisión. Adiós a esa ilusión que nos vendieron todas esas campañas publicitarias. Un pistolero llamado Luis Suárez nos pegó un tiro en la cabeza. Ya no hay nada que hacer.
Seguro las matemáticas dirán que todavía se puede, que nosotros sumando todo y los demás perdiendo, todavía hay chances. Pero la realidad futbolística dice que estamos afuera de Brasil 2014. Nuestros puntos tendrían que ser multiplicados y el resto divididos. Mi calculadora se quedó sin baterías. No prende más.
Probablemente sin saber lo caprichoso que es el destino, Julio Andrade encontró el resumen del partido de ayer en el título de su última canción: “Se la llevan fácil”. Uruguay vino a Lima con los galones que le daban ser cuarto del último mundial y conseguir el mismo lugar en la Copa Confederaciones. Galones que hay que demostrar en la cancha y que durante la primera media hora se pareció más al Uruguay que no podía ganar durante seis fechas en las eliminatorias.
Pizarro y Ramírez tuvieron claras chances para abrir el marcador pero las manos de Muslera y el desviado remate de ‘Cachito’ encendían esa esperanza que aún no estaba lista para irse. Perú era superior con toques rápidos. La visita estaba incómoda, agazapado en su campo. Forlán no aparecía y quizás fue mejor así para ellos porque se lesionó y Stuani entró en su lugar para cambiar la táctica charrúa. Sumaron más marca y a Perú le quedó menos espacio.
Para Uruguay no era un partido, era una guerra. Para ellos no eran 90 minutos, era su historia en juego. Acostumbrado a jugar con el cuchillo entre los dientes, tienen raza para este tipo de duelos. Además estuvo el plus de contar con un árbitro poco riguroso. Patricio Loustau dejó pegar, hablaba con los orientales y hasta por momentos parecía natural de Montevideo y no de Buenos Aires. 
Pero los errores empezaron desde el planteamiento del partido. Se decidió jugar con tres delanteros en el choque más importante del proceso. Sergio Markarián cambió su idea en el duelo más trascendente. Sacó a Juan Manuel Vargas, sin ritmo en Italia, y metió un tercer volante, Josepmir Ballón, que fue el elegido pero nunca trascendió. Trató de hacer más vertical un equipo que se caracteriza por la posesión.
Nos quitó la identidad. Jefferson Farfán jugó como un extremo derecho pero tuvo poca participación, Paolo Guerrero se fue resignado a la izquierda, donde tampoco hace la diferencia mientras que Claudio Pizarro fue tomado, casi siempre, fácil por los defensas uruguayos.
Los ‘Cuatro Fantásticos’ que todos vendieron desde el inicio de las eliminatorias terminaron como los ‘cuatro fantasmas’. Solo sombras. La presión jugó en contra. No hubo jerarquía. Tampoco nivel. La ambición quedó en palabras y en el partido con más tensión emocional, perdimos la cabeza en el primer golpe anímico.
Markarián también tuvo otra apuestas controvertidas: Luis Advíncula en la banda derecha. Sin continuidad en Brasil, pudo controlar a Forlán pero fue uno de los protagonistas del error que terminó en el gol charrúa. El otro era Christian Ramos, que hizo un foul tonto dentro del área a Luis Suárez y el ‘Pistolero’ no perdona. Tiró a un lado y Fernández fue al otro. Gol.
El golpe fue demasiado fuerte para Perú antes que termine el primer tiempo. Para colmo, Yoshimar Yotún perdió la cabeza cuando le cobraron un foul a Suárez. Le tiró la pelota encima y quiso levantarlo rápido. Loustau lo consideró agresión y lo echó. Con uno menos y perdiendo, la selección no tuvo reacción. 
Vargas entró en el segundo tiempo y aunque no se complicó, tampoco pudo hacer la diferencia. No evitó que Suárez aparezca de nuevo y nos deje en el piso, inertes. Otro tiro suyo fue gol. El pistolero nos mató. Jefferson Farfán, el ilusionista de todo el proceso, con tiro libre perfecto puso el descuento para Perú. Algunos pensaban que todavía se podía pero Uruguay seguía en su guerra particular, en esa que nosotros no quisimos pelear.
El final de la película que vemos hace más de 30 años se vuelve a repetir. Estamos eliminados aunque falten tres fechas. Por nuestros propios errores. Siempre terminamos llorando, como lo hace Farfán. 
Ya no hay pulso, no insistan. La calculadora ya no va a encender más. dlr

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