A estas alturas del partido me he puesto a pensar en que la irreal e
insólita cantidad de lesionados que tiene nuestra selección no es tal.
Se trata de un engaño para despistar a un rival al que no le ganamos
hace 31 años en Lima por torneos de clasificación a un mundial.
Seguramente todo lo que hemos escuchado y leído estas últimas semanas es
parte de un mal sueño del que despertaremos hoy a las 5 p.m., cuando
veamos a los once elegidos por el ‘Mago’ ingresar al gramado del Estadio
Nacional: Pizarro, Vargas, Farfán y todos los demás.
Aunque si la idea era que los colombianos se confíen, creo que bastaba
con tres o cuatro lesionados, profesor Markarián. ¡Ocho ya son
demasiados! Esto puede generar que el estratega ‘colocho’ José Pekerman
se dé cuenta de nuestro ardid, con lo cual perdemos el factor sorpresa.
Por lo demás, el plan fue perfecto. Sabíamos que un jugador
verdaderamente lastimado no hubiera pedido jugar contra Nigeria y,
menos, viajar a Alemania y España para cerrar un trato que podía
esperar. Ahora todo encaja.
Con razón al ‘Bombardero’ se le ha visto poco compungido en las
entrevistas que ha dado. Sabemos que en este tipo de situaciones hay
muchos cracks de otros países que no pueden con la pena y se echan a
llorar, y no es para menos.
De qué otra manera podría explicarse ocho bajas por lesión, casi todos
titulares. Más si comparamos nuestra situación con la del resto de
selecciones de Sudamérica o, incluso, de Europa, las cuales ya están
entregando sus listas para la próxima Eurocopa con un máximo de dos o
tres ausencias por equipo.
El problema está en que no se trate de una astuta estrategia del
comando técnico de la bicolor. Aquí tendríamos más preguntas que
respuestas y tal vez no nos guste lo que encontremos debajo de la
alfombra. ¿Mala suerte? Podría ser en un par de casos, no más. Menos
cuando esta situación se ha repetido en cada convocatoria del ‘Mago’.
Ojo, esto es al margen del resultado que obtengamos ante Colombia,
después de todo, no dudo que los que jueguen darán todo por su país.dd
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