Gravísima denuncia. El dirigente aliancista Carlos Franco presentó anoche, en Tv Perú, documentos que prueban que Guillermo Alarcón, presidente íntimo, habría vendido los derechos económicos del club (la administración del club) a la filial chilena del grupo mexicano Pegaso, a espaldas del directorio y demás socios blanquiazules. Pero no solo eso, sino que a partir de la fecha el conjunto victoriano estaría domiciliado en Chile, para todo efecto legal y comercial.
De esta manera, el mandamás ‘grone’ habría encontrado no solo la manera de seguir engrosando su cuenta, sino también una vía eficaz para escapar de los embargos de la Sunat, ya que ahora serían estos inversionistas mexicanos los que manejen la cartera de jugadores aliancistas, los que solo serían cedidos a préstamo, evitando así el cobro por futuras ventas que dispuso el ente recaudador de impuestos.
Esta sería una jugada inteligente de Alarcón, ya que para vender el club o fusionarlo con otra empresa habría necesitado la aprobación del directorio o la junta de socios, algo que quería evitar. Claro que para esto fue necesaria otra jugada cuando menos cuestionable. Según el estatuto de Alianza, su presidente tiene la facultad para hacer este tipo de operaciones, siempre y cuando los directores y/o la asamblea de socios tengan conocimiento. Sin embargo, esta segunda parte no fue inscrita en Registros Públicos, por lo que en la copia del asiento registral que maneja el Grupo Pegaso figura que la sola firma del presidente blanquiazul es suficiente para este tipo de operaciones.
AÚN HAY MÁS
Pero ahí no quedó la denuncia interpuesta por Carlos Franco. Según señaló hay dos contratos diferentes relacionados con la pretemporada del club en Chile. En uno figura que la pretemporada está cubierta con los tres amistosos que el equipo disputará, o ya disputó, en tierras mapochas, por los cuales debieron recibir aproximadamente 150 mil dólares (50 mil por cada uno). Pero, en un segundo documento, aparece que la pretemporada cuesta 210 mil dólares, y ya no los 150 mil que estaban previstos, además de un 20% de los derechos federativos del volante íntimo Paolo Hurtado.
Lo más grave de todo esto es que ni los socios, ni el representante del jugador conocerían de todo esto. Ante estas circunstancias, Franco instó a la hinchada blanquiazul a que se dirija mañana al aeropuerto Jorge Chávez para impedir que Alarcón viaje a Santiago, tal como lo tiene programado alrededor de las 11:30 am, supuestamente para finiquitar el trato con el Grupo Pegaso. Además le pidió al presidente victoriano que se reúna cuanto antes con los demás miembros del directorio para aclarar este y otros temas.
La respuesta no tardó en llegar
Guillermo Alarcón no tardó en desmentir las acusaciones que el exdirigente íntimo Carlos Franco le imputara y amenazó con demandarlo penalmente por poner en riesgo su integridad física al llamar a la hinchada blanquiazul para que lo detuviera en el aeropuerto cuando viajaba a Chile.
“El documento que muestra Franco es falso, no lo conozco y no tiene mi firma como señala. El acuerdo con Pegaso es un acuerdo de partidos amistosos y marketing deportivo. Pegaso colaboró con la pretemporada. Este señor le hace daño a Alianza Lima. Su desesperación por figurar le hace caer en errores graves como decir públicamente que yo viajo a Santiago a vender al club; qué pruebas tiene este hombre para generar la violencia de los hinchas y socios. Quiero dirigirme a los socios y hacerles de conocimiento que en mi cabeza nunca ha estado la idea de vender a Alianza Lima, por el contrario, quiero que sea reconocido y respetado internacionalmente. Me da pena que Franco aparezca ante los medios a decir cosas desatinadas”.
La ‘joyita’ que maneja Pegaso
El representante del Grupo Pegaso y manager del chileno Fernando Meneses, Jorge Barreda, es todo una ‘joyita’. El directivo se vio involucrado en el traspaso del -en ese entonces- ídolo de River Plate, Marcelo Salas, a la ‘U’ de Chile, con promesas de un millonario contrato. Para que cuando el ‘Matador’ pisó suelo mapocho, el ese entonces Grupo Pegaso, Mercom, no le pagó el dinero acordado.
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