Mejor despedida, imposible. Como muy pocas veces en la historia, todos
los fotógrafos le dieron la espalda al campo de juego para centrarse en
uno de los bancos. El hombre de la noche, aquel al que todos fueron a
ver, tenía nombre y apellido: Josep Guardiola. El genio, el innovador,
el maestro, el soñador, el director de la mejor orquesta futbolística
que el mundo ha visto, o como prefieran llamarlo, se despidió del club
de sus amores en un Camp Nou repleto.
Y no solo repleto de público, sino también de pancartas, mensajes de
agradecimiento y una impresionante banderola gigante con la frase: “¡Te
estimamos, Pep!”. Posteriormente, el homenaje se trasladó a la cancha,
donde un tal Lionel Messi le robó protagonismo al Pep, anotando los
cuatro goles con que Barcelona aplastó 4-0 al Espanyol en el clásico
catalán. Claro que la motivación de ‘Lio’ fue precisamente él, el
maestro al que siempre recordará con mucho cariño.
Por ello fue a abrazarlo ni bien consiguió su cuarta conquista de
penal, seguido por todos sus compañeros, en uno de los momentos más
emotivos del partido. Los otros tantos de la ‘Pulga’ fueron de
espectacular tiro libre, uno más de pena máxima y el tercero de potente
zurdazo cruzado. Desde que el astro argentino fallara aquel penal
decisivo contra el Chelsea no ha vuelto a errar desde los doce pasos,
como dejando atrás el pasado.
Al final, todos los jugadores e integrantes del comando técnico
azulgrana se tomaron de las manos e hicieron una ronda en el centro del
campo, para luego despedir entre aplausos a su gran estratega. Acto
seguido, casi al borde de las lágrimas, Guardiola se dirigió a los cien
mil hinchas que abarrotaron el fortín catalán, golpeándose el pecho con
el puño, como diciendo que siempre los llevará a todos en el corazón.
DATO: Con estos cinco tantos, Messi alcanzó los 50 goles en España,
cifra nunca antes vista en dicho país, y se consagró prácticamente
goleador de la Liga, a falta de una fecha por jugar. Ronaldo tiene 45.dd
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