Ante esto, todo apuntaba al coloso de José Díaz, pero había un problema. Alianza mantiene una deuda de 20 mil dólares a favor del IPD, por el arrendamiento del estadio para el duelo ante Nacional de Uruguay por la Copa Libertadores. Y no podían postergar el encuentro, ya que los merengues hicieron público un comunicado en el que se oponían tajantemente a ello.
Pero la luz apareció al final del túnel. Julio Arango, ‘nuevo presidente íntimo’, se comprometió a pagar la deuda contraída con el IPD, con el aval de la FPF. Con este desacuerdo resuelto, todos dieron el visto bueno para que la fiesta se traslade al Nacional. Ahora, los dos conjuntos solo se preocuparán por ganar en el terreno de juego. Si bien ambos llegan con una serie de inconvenientes adicionales, en un clásico los problemas quedan fuera.dd
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