domingo, 31 de mayo de 2015

Blatter: EL dueño de la pelota

Blatter: EL dueño de la pelota

 Tras su elección Joseph Blatter pronuncia un eufórico discurso. Loretta Lynch, Fiscal General de EEUU, que denunció por corrupción a directivos de la FIFA.La organización de torneos mundiales, los derechos televisivos y los auspicios son terreno propicio para los sobornos en la FIFA.La votación en Zurich que confirmó la reelección de Joseph Blatter.




Acaba de ser reelegido para un quinto mandato de cuatro años al frente de la FIFA, en medio de un escándalo de corrupción. Por el momento sigue siendo intocable.
No por nada le decían al brasileño  Joao Havelange, presidente de la FIFA por 24 años, 'el padrino del fútbol'. Cuando dejó su cargo en 1998, hizo las maniobras necesarias para que su segundo al mando fuera elegido como su sucesor y le cuidara las espaldas de incómodas acusaciones de corrupción, que ya para entonces abundaban. Ese hombre que se quedó al mando del máximo organismo futbolístico era el suizo Joseph Blatter.
 
El periodista de investigación David Yallop explicó esas maniobras en el libro '¿Cómo se robaron la Copa?', que es una historia de la FIFA y de las acciones ilegales que sus dirigentes realizan en nombre del futbol. Allí cuenta que Havelange ayudó a Blatter a que la votación fuera secreta y en ella pudo imponerse por 111 votos a 80 sobre su rival, Lenart Johansson.
 
Antes de eso, Blatter se reunió personalmente con dirigentes de federaciones de Africa, Asia y países pequeños de todo el mundo para asegurar el centenar de votos que le darían la presidencia. Yallop desliza en su libro un rumor que se escuchaba por esos días, tras la votación en Zurich: a cada uno de los delegados que votaron por el suizo les ofrecieron hasta 50 mil dólares por su apoyo. Así, con esos fantasmas de duda, llegó Blatter al timón de la FIFA.
 
Una 'familia'  
 
Dicen que a Joseph Blatter le gusta referirse al organismo que preside como 'la familia FIFA'. Por ello, un diario de su suiza natal lo bautizó con el apodo de 'el príncipe oscuro del fútbol, el padrino, Don Blatterone'. Para el periodista inglés John Carlin -el autor del libro en el que se basó la película Invictus, sobre Nelson Mandela- la discusión está en si Blatter es el 'capo de tuti capi' de una mafia de cuello blanco que maneja miles de millones de euros generados por el fútbol en el mundo o es simplemente un abuelo despistado. Obvio, Carlin cree en la primera de las opciones.
 
"Lo que también es vox populi, y más desde la redada del miércoles en que la policía suiza detuvo a siete altos dirigentes de la FIFA, -ahora son nueve, más cinco empresarios- es que mucha de la gente que rodea a Blatter se ha llenado los bolsillos con dinero procedente de sobornos. Él mantiene que no sabe nada. Un repaso a su curriculum pone esta afirmación en duda", dice Carlin. En efecto, a lo largo de los años, muchos de los dirigentes implicados en escándalos de corrupción han sido cercanos a él.
 
Es el caso del qatarí Mohamed Bin Hamman, quien fue señalado como el aliado que entregó los sobres con dinero y lo ayudó a 'reclutar' delegados para su causa cuando ganó la presidencia FIFA. Ese mismo dirigente fue suspendido de por vida del fútbol organizado por el organismo, tras haber intentado comprar votos a su favor cuando presentó su candidatura en contra de Blatter. ¿Quien lo juzgó? Blatter y sus amigos.
 
Uno de los dirigentes FIFA que esta semana fue acusado por corrupción, también ha tenido tratos muy cercanos con Blatter. Se trata de Jack Warner, ex vicepresidente de ese organismo y quien -según Carlin- es uno de los dirigentes que se ha enriquecido con decenas de millones de dólares. Blatter siempre contó con su voto en las elecciones. El hombre dimitió en 2011 y se construyó un centro de conferencias en su país, Trinidad y Tobago. Una de las salas lleva el nombre de Blatter.
 
El miércoles, como parte de la investigación iniciada por el FBI, Warner fue detenido en su país por corrupción y lavado de dinero. Pero salió el viernes rumbo a un hospital tras pagar una fianza de casi 400 mil dólares. Ahora está esperando el proceso de extradición que iniciará Estados Unidos en su contra. La justicia le ha confiscado su pasaporte para que no huya.
 
 El actual presidente de la Concacaf, Jeffrey Webb, de Islas Caimán -nombrado por Blatter por ser un buen aliado- está también entre los detenidos en Zurich.
 
Una vez que Blatter se enteró de la investigación y las detenciones, dos días antes de su quinta reelección, dijo en un comunicado: "Es un momento difícil para el futbol, para los aficionados y para la FIFA como organización". Y aseguró estar satisfecho de la investigación para "erradicar del fútbol todo acto delictivo". Ahora toma distancia, deslinda de los corruptos. Y sin embargo, los delitos que se imputan a los implicados -que significarían 150 millones de dólares en sobornos- ocurrieron en los últimos 20 años, el tiempo que lleva al frente de la FIFA. 
escándalos S.A.
El 2 de diciembre de 2010, en una de las glamorosas ceremonias que organiza la FIFA, Joseph Blatter abrió el sobre que contenía el nombre del país-sede del mundial de fútbol a realizarse en 2022. El nombre era Qatar. Poco después muchos empezaron a preguntarse cómo se podría disputar un torneo en un territorio donde las temperaturas muchas veces alcanzan los 45 o 50 grados centígrados en los meses de junio y julio, las fechas en que se organiza la Copa del Mundo.
 
Esa elección no era, no fue, gratuita. Poco antes el diario británico The Sunday Times había publicado un informe donde probaba, con correos electrónicos, faxes y recibos bancarios, que representantes de Qatar habían realizado pagos cercanos a los 4 millones de dólares a miembros del comité ejecutivo de la FIFA y presidentes de varias federaciones para asegurarse la elección como sede. La revista France Football confirmó los sobornos con otro extenso dossier periodístico.
 
La práctica no es nueva. Iguales sospechas recaen sobre la elección de Rusia como sede el 2018. Y antes de eso, el escándalo de la venta de derechos de televisión en América Latina -por el que investigan ahora a varios directivos y empresarios- ya había explotado. La empresa International Sport and Leisure (ISL), creada para comercializar los eventos deportivos relacionados con la FIFA fue la plataforma para que funcionarios del organismo recibieran comisiones de varias empresas a cambio de asegurarse los derechos de comercialización de eventos como la Copa del Mundo o la Copa América.
 
Ya el 2013 el escándalo significó la caída del mentor de Blatter, Joao Havelange, que fue obligado a dimitir de su cargo de presidente honorario, y de su yerno, el dirigente de la Federación Brasileña de Fútbol, Ricardo Texeira. Este 2015, por el mismo caso hay otros quince implicados más.  Entre ellos otro conocido  dirigente del fútbol en esta parte del mundo, el paraguayo Nicolás Leoz, que fue presidente de la Confederación  Sudamericana de Fútbol durante seis periodos, entre 1986 y 2013. Esa es otra característica de los dirigentes FIFA: se quedan muchos años en sus puestos y ello se presta a la corrupción.
 
Es difícil creer que durante años Blatter ha estado ajeno a estos oscuros manejos. Ya desde Joao Havelange se hablaba de una supuesta mafia al frente de los destinos del fútbol mundial. Con Blatter la FIFA se convirtió en una máquina de hacer dinero,  pero la transparencia en el manejo del dinero no existe. Y nadie sabe tampoco el destino que han dado los dirigentes de las federaciones nacionales al dinero que el máximo organismo del fútbol reparte.
 
El último viernes Joseph Blatter, nacido hace 80 años en el seno de una familia obrera pero hoy convertido en un magnate de los negocios al más alto nivel, celebró exultante su reelección. "Parece que quiere morir en el cargo", reseñó un diario. A él no le importan ni su edad ni las investigaciones que se ciernen sobre su organización. "Let's go Fifa, let's go Fifa", gritó el día de su triunfo, contento, inmune a todo.dlr

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