Revolución y sus frutos
El éxito de la selección alemana en Brasil 2014 se inició hace diez años con cambios drásticos de su federación
Bien dicen que los triunfos y grandes hazañas se consiguen a base de
esfuerzo y un trabajo planificado. Que todo sacrificio es recompensando.
Eso es exactamente lo que logró Alemania el domingo.
El 2002 los teutones perdieron la final de la Copa de Mundo ante Brasil
al mando de Rudi Voller. Desde ese fracaso, la Federación Alemana de
Fútbol (DFB) se convenció que con su característico estilo de juego no
llegarían lejos. El fútbol directo, el de llegar al arco con los menos
pases posibles, era obsoleto.
Fue así como se originó una revolución dentro de la DFB: se capacitaron a
miles de nuevos técnicos con un nuevo sistema que priorizaba la
asociación de sus jugadores, apoyo ofrecido en el espacio para el juego
ofensivo y defensivo, toques de primera intención, etc. Asimismo, se
crearon escuelas de fútbol para dotar de técnica a los futuros
seleccionados, se adoptaron nuevos manuales de entrenamiento y se
invirtió en la ciencia del deporte.
Con todo esto puesto en marcha, se buscó a un técnico de perfil
ofensivo, pero abierto a trabajar con este nuevo rumbo. Jürgen Klinsmann
llegó al cargo en 2004 (tras la Eurocopa de ese año) y de asistente
escogió a su amigo y excompañero en el Stuttgart, Joachim Löw. En su
primera prueba fueron los anfitriones de la Copa del 2006. Cayeron en
semifinales y el segundo pasó a comandar.
La era Löw
Con el buzo puesto, cayó en la final de la Eurocopa 2008 ante una España
que comenzaba a asombrar al mundo con el ‘tiki-taka’. La arriesgada
apuesta comenzaba a dar sus frutos, pero todavía no era suficiente.
Llegó Sudáfrica 2010 y nuevamente cayeron (semifinales) ante el poderoso
cuadro ibérico.
Con la base del torneo africano (Müller, Ozil, Kroos, Neuer, Khedira,
Lahm y Schweinsteiger), la ‘Mannschaft’ llegó a Brasil consolidado y con
el potenciado y rebautizado ‘tiki-taken’ como principal arma.
Tras diez años de preparación, la tierra sudamericana sería testigo de
la renovada Alemania. Una nueva generación estaba preparada para el
reto y más. Apenas en el primer partido asombraron: golearon 4-0 al
Portugal de Cristiano Ronaldo. Luego, tras una sólida actuación,
hicieron historia al humillar 7-1 a Brasil en semifinales, con lo que ya
tenían el mundo a sus pies.
Con jugadores polifuncionales que crearon un juego colectivo esplendido,
con la posesión como principal objetivo, la búsqueda constante del
espacio y movimiento de balón, los teutones se adueñaron de la pelota en
todos sus partidos. Brindaban un concierto de pases, siempre
priorizando la habilitación al compañero antes de una individualidad.
Fueron una máquina bien aceitada que nunca perdió su identidad.
Vencieron a Argentina en la final y el trabajo de una década rindió sus
frutos luego de una sequía de 24 años. Perú no va a un Mundial hace 32
¿Qué tiene que pasar para que el milagro se realice?
Megáfono. Joachim Löw: (DT de Alemania): “El trabajo empezó hace diez años con Jürgen Klinsmann. El título tenía que venir, habíamos estado mejorando durante diez años”.dd
Foto: AFP
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