Perú vs. Chile: Así no te quiero ver
No dan ganas de volver a ver este partido, ni siquiera para analizarlo.
Aunque sea una herida abierta que tome tiempo cicatrizar. Ricardo Gareca
se tapa los ojos porque lo que está al frente de él lo sobrepasa. Las
circunstancias, sus decisiones, los rendimientos. El ‘Tigre’ decidió
sacar las garras ante una de las mejores selecciones del mundo de la
actualidad y terminamos pagando por errores propios. Como ceder el balón
a un equipo dinámico y sin freno, apostar por el offside que nunca se
dio y por nombres antes que hombres. Nos hicimos nuestras propias
heridas.
La defensa fue la línea más baja en un planteamiento erróneo. Luis
Advíncula, sin entrenar con normalidad los últimos días, no pudo
controlar a Mark González. Carlos Zambrano y Carlos Ascues no
referenciaron nunca a Eduardo Vargas, Yoshimar Yotún fue una puerta
abierta por la izquierda. Poca presión en la marca, no hubo faltas
tácticas, confundieron apuro con rapidez. Siempre fuimos sumisos ante un
rival que nos castigó a su placer.
Cuando las revoluciones están a mil en un partido de eliminatorias, es
difícil pedirle a un jugador que tenga la cabeza fría. Decidir, bien o
mal, toma un segundo y esa acción tiene una reacción. Christian Cueva le
tiró el balón en la cara a Jorge Valdivia y fue expulsado a los 21
minutos.
Como en la Copa América, nos quedamos con 10 jugadores por una decisión absurda. Por dejarse llevar por la cabeza caliente.
Nos adelantamos en el marcador, pero no supimos manejar la ventaja.
Gareca no replanteó, hizo ingresar a Reyna por un lesionado Carrillo
–otro problema en menos de 45 minutos– cuando necesitábamos marca.
Al final entró Sánchez por Reyna. Era muy tarde para enmendar, Gareca.
El ‘Tigre’ se va en silencio, confundido y se tapa los ojos. Tendrá que
abrirlos para corregir pronto. dlr
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